
Querido diario... hoy es 17 de Mayo de 2013. Viernes. También conocido como el "Día Internacional de Internet". Pero Internet ya no existe... un extraño y potente virus creado por una entidad desconocida acabó con la infraestructura que mantenía la red y bloqueó el acceso de todos los dispositivos del mundo a la World Wide Web. Ahora me dedico a recordar en esta libreta hasta que punto Internet estaba presente en nuestras vidas, y cómo cambió el mundo. Y es que ahora echamos de menos tantas cosas de Internet...
Noticias y actualidad
No hace tanto nos encantaba estar todo el día conectados para enterarnos de las noticias al momento. Las webs y servicios de noticias casi habían desbancado a las ediciones en papel; recibíamos artículos de múltiples fuentes y creábamos nuestros diarios personalizados con servicios como Feedly, por ejemplo. También utilizábamos Twitter para enterarnos de todo al momento, con publicaciones tan rápidas que ni los gobiernos podían censurarlas. La información en Internet incluso ayudó a derrocar dictaduras y logró que la gente se organizara para luchar por sus derechos.

Ahora los medios de comunicación tradicionales vuelven a tener el control. Hay menos rumores infundados, y una calidad mayor de los artículos, o por lo menos más respeto por la ortografía... pero ya apenas se percibe el feedback de los lectores, y casi no existen alternativas importantes a los canales oficiales de información. Y es que además el papel ha sufrido un aumento de precio enorme con la nueva demanda... y la deforestación se ha acelerado con ello.
Mapas y orientación
Los sistemas GPS siguen existiendo, aunque la comunicación con los satélites se ha visto muy mermada. Sin embargo se limita de nuevo a un cierto número de conductores y profesionales. Y aún así, los mapas suelen quedar desactualizados con frecuencia. Los demás tuvimos que olvidarnos de servicios como Google Maps y ahora usamos más los mapas en papel. Tampoco desaprovechamos las clásicas páginas amarillas, un sustituto forzoso para los buscadores de negocios y locales. Preguntamos más las direcciones, y bueno, nos perdemos más a menudo buscando un lugar concreto.

Se echa de menos lo cómodo que era poder preparar con Internet nuestras rutas para las vacaciones, o encontrar información al momento sobre cualquier lugar o negocio.
Teléfonos y mensajería
Los teléfonos ya no son "inteligentes", como nos decían cuando empezaban a integrar Internet. Son solo teléfonos móviles, con los que podemos llamar. Pero teniendo en cuenta que las tarifas de voz valen lo suyo (y que no hay llamadas VoIP), nos pensamos bastante más a quién llamar y qué decir. No hay WhatsApp ni nada parecido, así que la mensajería ha desaparecido por completo, también en los ordenadores. Incluso las cartas y postales, esas grandes olvidadas, vuelven a utilizarse después de la desaparición del correo electrónico. Y sin Skype ni servicios de videoconferencia para hablar con personas de todo el mundo, cuidamos mucho más nuestro entorno local en detrimento de aquellos que tenemos lejos.

¿Nos sentimos más solos sin aplicaciones de comunicación? No realmente, siempre que tengamos a los nuestros cerca de nosotros...
Redes sociales
Y es que tampoco podemos saber de las vidas de nuestros contactos a diario sin redes sociales. No vemos las fotos de lo que hacen, ni nos enteramos de sus acontecimientos importantes hasta que nos llaman. Cuando Facebook cayó, millones de personas en todo el mundo lloraron la pérdida de sus datos personales... tantas y tantas fotos que no habían guardado, y tantos mensajes perdidos. Aunque nadie lloró tanto la pérdida como el propio Mark Zuckerberg, que vio su negocio caer de repente.

Ya no es tan fácil distraerse como lo era con las redes sociales (para bien y para mal). Aunque si algo positivo ha traído es que valoramos más a los amigos de verdad, a los que vemos y hablamos. Eso, y que ahora los rumores se diluyen antes y nuestras vidas son más privadas.
Cine, música y juegos
Sin Internet en sus ordenadores, la gente pasa menos tiempo en ellos. Aunque aún lo utilizan para jugar, se trata de juegos completos que la gente compra en tiendas o que se prestan entre sí. Tal y como se hacía hace unos años. Obviamente, géneros como los MMO (juegos de rol online), los de disparos por Internet (excepto en la red LAN) y todas las opciones multijugador online de los juegos desaparecieron. Al menos sirvió para potenciar de nuevo la alicaída experiencia de cooperativo local, que solo mantenían los FIFA y juegos así. Pero vaya, como echo de menos todos los juegos de mi cuenta en Steam...
Los programas se siguen instalando, pero se acabó eso de "descargar"; ahora todo tiene que adquirirse físicamente. Para ver películas, hay que comprar los discos o alquilarlos, o bien esperar a que los den en la tele. Sin Youtube, solo podemos ver lo que nos ponen. Las sociedades de autor vieron como pese a que la gente compraba e iba más al cine al principio, al final acabó igualmente en una sequía de la industria. Los métodos de promoción no calaban tanto, y las personas no podían permitirse el gastar tanto en la industria audiovisual. Solo sobrevivieron las distribuidoras más grandes, que vieron de nuevo como nadie les hacía sombra y podían decidir por donde se movería la industria.

Lo mismo pasó con la música, sin la amenaza y la posibilidad de cambio que significaban servicios como Spotify. Entre los artistas y los consumidores ahora siempre están los intermediarios que deciden que es lo que finalmente se distribuye. Algo que ha hecho que poquísimas nuevas bandas puedan llegar a dar a conocer su música.
Internet y el conocimiento
En fin, echamos de menos muchas de las utilidades de Internet, más allá de los vídeos de gatitos y el tiempo que perdíamos en la red buscando cosas. Aunque al principio parecía que la gente leería más, verías más cine, etc... al final resultó que no, y ni siquiera nos hicimos más productivos. Pasamos más tiempo de nuevo delante de la tele, y viendo una y otra vez el mismo tipo de contenidos. Se perdió mucho conocimiento al que accedíamos de forma gratuita, y muchos no pudieron o no quisieron suplirlo con libros. Así que volvían las pesadas enciclopedias por fascículos...

Las bibliotecas no suplen la inmediatez que daba Google. No se trata de que haya menos conocimiento, solo que está más oculto, limitado por el espacio. En el mundo físico es muchísimo más difícil el compartir, ya que no hay nada "virtual" que pueda reproducirse sin perjuicio.
Y bueno, qué decir de toda la industria y las empresas que crecieron al calor de Internet... cuanto dinero perdido, cuantas ilusiones rotas, cuanta gente se fue al paro... incluido yo mismo, que me dedicaba a escribir sobre software e Internet en un portal web.
¿Qué haríamos sin Internet?
Así están las cosas, querido diario... pero espera. ¡Si no estoy escribiendo en un diario! Esto es Wordpress, y es para la página web de PortalProgramas... ¡eso quiere decir que sí que hay Internet! Uf, vaya sueño más raro he tenido entonces... prometo que no volveré a cenar comida china.
Fuera de bromas, espero que esta ficción solo haya servido para pensar un poco en lo que Internet nos ha cambiado en este tiempo (y eso que solo hablo a nivel de usuario). Obviamente se puede vivir sin la red, (¡Sí, se hacía!) pero ya no sería el mismo mundo en el que vivimos. ¿Sería mejor? ¿Peor? Eso ya depende de cada uno. Pero desde luego merece la pena que hoy hagamos un homenaje al medio en el que tantas personas trabajamos, en el que escribo y por donde vosotros me leéis. Así que hoy, 17 de mayo, digo que... ¡Viva Internet!
¿Cómo creéis vosotros que sería hoy el mundo sin Internet?