Lo primero que impacta a los que prueban Windows 8 por primera vez, aunque hayamos visto vídeos e imágenes con anterioridad, es su nuevo menú de Inicio, Windows 8 Style UI (vamos, lo que vendría a ser la Interfaz Metro). Notarás ciertos (en realidad bastantes) cambios en su manejo con respecto al escritorio tradicional, así que merece la pena estar preparados para su uso. ¿Quieres conocer las claves del uso de la nueva interfaz de Windows 8?
Adiós a los iconos; Hola a los Live Tiles
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Los Live Tiles (algo así como "baldosas vivas") vienen a sustituir a los tradicionales iconos en el nuevo escritorio de Windows 8. Visualmente, estos grandes cuadrados restan visibilidad al fondo de pantalla, y se la dan a las propias aplicaciones, ofreciendo un aspecto muy colorista. El gran tamaño de las Tiles muestra el nombre del programa, algún icono o imagen ilustrativa y permite además que aparezca información útil en tiempo real y notificaciones, de forma muy parecida a los widgets de los smartphones y de Windows 7 y Vista. Pueden añadirse o quitarse Tiles de forma sencilla, cambiarse de posición y variar ligeramente el tamaño. Si la cantidad de Tiles que tengamos sobrepasa los que pueden verse en nuestra pantalla, podremos encontrarlos haciendo scroll lateral o simplemente moviendo la rueda del ratón, una de las muchas concesiones otorgadas a los usuarios de Tabletas y móviles.
Haz clic derecho con el ratón
El botón derecho del ratón no desvelará el menú contextual como hasta ahora, pero el cambio resulta más gráfico que de funcionalidad. Al hacer clic derecho ahora aparecerá una barra horizontal desde abajo. Pero no, no es la familiar barra de tareas, si no que tiene opciones referentes al elemento que tengamos seleccionado.
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La “Charms Bar”
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Se puede considerar lo más parecido al menú Inicio que tendremos en esta interfaz. Si situamos el cursor en el lado derecho de nuestra pantalla, aparece una barra lateral con 4 grandes iconos. Estos nos permiten acceder a ciertas opciones del sistema, como el panel de control (o algo parecido), apagar o suspender, y buscar en nuestro equipo los programas o archivos que queramos. Esta última opción es una de las que más usaremos: podremos mostrar todos nuestros programas en una lista, o buscar el que deseemos. Es algo engorroso el no disponer de nuestros archivos y programas de forma más directa, aunque a su favor tiene que el buscador es rapidísimo, casi instantáneo.
Programas abiertos por doquier

Si vamos navegando y probando aplicaciones en esta nueva interfaz, nos daremos cuenta que no encontramos la clásica “X” para cerrar ventanas (que de hecho no existen, ya que todo se ejecuta a pantalla completa). ¿Que pasa entonces con estos programas? Están todos en modo "suspensión"; no están cerrados del todo, pero se mantienen en un segundo plano, sin gastar apenas recursos, para que volver a ellos sea aún más rápido. Si queremos saber qué programas tenemos abiertos, tendremos que mover el cursor al extremo superior izquierdo de nuestra pantalla. Aparecerá una barra lateral donde veremos lo que tenemos abierto. Aquí podremos cerrar cada programa y cada ventana de navegador. Si quieres saber más, tenemos un artículo sobre cómo ver las aplicaciones que funcionan en Windows 8.
Windows sin ventanas

Ya no existen las ventanas como tal. Si queremos trabajar con varias aplicaciones a la vez podremos dividir hasta en 4 partes la pantalla, arrastrando cada aplicación hasta los laterales. El proceso en sí es sencillo. Pero el resultado deja algo que desear, sobre todo mientras tenemos la pantalla dividida en 2 o 3 zonas: el contenido queda distribuido en zonas demasiado verticales, y no podemos cambiar el tamaño a nuestro gusto. Recuerda a los programas para dividir una pantalla en varias, como DexPot.
¡Quiero volver al Escritorio de siempre!
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Microsoft apuesta muy fuerte con la nueva interfaz, pero el menú clásico de Windows sigue existiendo. Eso si, como una aplicación más. Al iniciar siempre llegaremos primero al nuevo menú de Inicio, y deberemos cambiar al antiguo escritorio situando el cursor en la esquina inferior izquierda. Allí veremos en una ventanita un entorno familiar... clicamos y ya está, volvemos a tener el antiguo escritorio de Windows, y así tendremos acceso a todas las aplicaciones compatibles con Windows 7. Pero hay, algo se ha perdido por el camino... ¡el botón de Inicio ya no está! Para realizar las funciones que éste hacía, tendremos la Charms Bar en el lado derecho. Un recordatorio constante de que Microsoft quiere que adores su nueva interfaz.
Desde luego, solo por las novedades visuales y de uso Microsoft ya se ha marcado un tanto, porque lo nuevo manda en el mundo de hoy. ¿Pero lo acabarán aceptando los usuarios? ¡Muy pronto lo sabremos!